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T A N G O

MEMORIA DEL SEÑOR DE LOS SONIDOS

MEMORIA DEL SEÑOR DE LOS SONIDOS La experiencia de ser técnico de sonido ha sido bastante satisfactoria, ya que me ha permitido ser el encargado de “la otra” mitad de la producción. Ha sido una nueva ventana para descubrir la importancia real que tiene esta faceta en el acabado final de la obra audiovisual.
La primera complicación vino con la localización. En un principio, nada hacía sospechar que un barrio casi apartado de la ciudad iba a dar tantos problemas al sonido. Al ver la casa, nos dimos cuenta de que el tren pasaba por al lado un par de veces a la tarde. Pero lo que no sabíamos era que la variante que se encuentra a unos cien metros de la casa iba a crear tanto ruido. Por eso, en las horas punta en especial, emitía un ruido continuo y molesto que se mete en los equipos de sonorización de una manera mucho más alarmante de lo que creíamos. Pero la verdad, es que no sabíamos las capacidades de los equipos. Convendría en los próximos años hacer hincapié en este aspecto que puede ser decisivo a la hora de dar un buen acabado al cortometraje. No obstante, el día de la grabación tuvimos que intentar solucionar este entuerto como mejor se pudo. Había que tener en cuenta que la mayoría del corto se grababa en exteriores. Quedaba día y medio de grabar solamente fuera de la casa, sin nada que pudiese amortiguar el ronroneo de la caretera.
En la primera noche, la vuelta a casa de los que viven en Cizur y los demás pueblos a las faldas del Perdón coincidió con la grabación de los momentos más emotivos del corto, la escena de la noche y del baile. Fue ese momento, cuando los diálogos no quedaban bien en el sonido por el ruido de fondo, uno de los más duros de todo el rodaje. Llegué a proponer el doblaje de toda la escena en post-producción, porque me parecía que no había solución posible para esa grabación de sonido.
Al día siguiente el problema era el mismo, pero como ya me había resignado inconscientemente a que todo debería repetirse y grabarse de nuevo, me quité la presión de encima. Pero seguí haciendo mi trabajo como si todo marchase a la perfección. Acerté al no bajar los brazos. La grabación de es día quedó bastante mejor, sobre todo a la tarde, porque no había tanta circulación como el día anterior y porque la orientación del micro de cañón fue bastante más acertada que el día anterior.
A partir de ahí sólo quedaba trabajar en post-producción para tratar de conseguir el mejor resultado posible. Al ver la maqueta, se vio que había mucho material sonoro que se podía salvar, más o menos.
Pero las sorpresas vinieron cuando nos pusimos a editar y vimos que era posible salvar gran parte del material, por lo que se decidió que sólo había que doblar los diálogos de Antonio y el novio en la noche. Todo lo demás se podía ecualizar, bajar o tratar para que diese un acabado presentable. La primera escena del corto quedó la más floja de toda en cuanto a sonido, pero conforme avanza va ganando en calidad sonora. Cuando empecé a manejarme con la ecualización y la edición de sonido deseché la idea de usar sonidos grabados para doblar los objetos del corto. Con un buen corte en la edición, acotando la pista a lo que es el sonido interesante puramente no hacía falta meter sonidos recreados. Además, la verosimilitud es mayor de esta forma.
Creo que el sonido, dentro de la circunstancia de que el corto era en su mayoría exteriores, ha quedado bien, aunque no perfecto. No obstante, espero que sea la primera, pero no última experiencia en este campo.

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